Norte

Afortunadamente estoy a pocos días de partir al norte. Creo que es necesario ese espacio de pensamiento y de relajación para llegar hasta donde quiero llegar, para ir a donde quiero ir, para saber lo que quiero saber, para entender quien soy yo y quienes son ellos, para explicarme a mi mismo que lo que debo hacer no es más que lo que debo hacer.

Hasta pronto.

Nosotros no queríamos llorar

No queríamos que el mundo nos golpeara, pero sin embargo dejamos de prestar atención. Ahora lloramos, estamos tan golpeados, tan lastimados que ni siquiera la venida del nuevo año nos reconforta. Ni siquiera la sonrisa que nos salvó aquella vez puede hacer que nuestra alma se ponga de pie. Somos nosotros los que siempre fuimos más de uno, pero a la vez habitamos la misma coraza. Yo al cuadrado, repitiendo la repetición que quizás en algún momento fue original o una copia de una repetición ajena.

Te juro que no queríamos llorar, amabamos el problema pero no queríamos llorar. Jugabamos en la cornisa y lo soportabamos perfectamente, pero era tan fácil todo. Queríamos caernos, queríamos golperanos y herirnos de muerte, pero al final sólo nos quedabamos con el llanto, con la mirada en el agua, con el reflejo en la espada.

Eramos imperfectos viviendo, lo que nos hacía especiales, eramos dos o más, en alguna situación recuerdo haber sido un ejercito, en otras un granito de arena. Nos pelebamos, discutiamos hasta llegar a alguna conclusión y generalmente descubríamos que no queríamos llorar, pero llorabamos.

Ya el tiempo nos había cambiado, nos había hecho más uniformes, nos había hecho más uno pero seguiamos siendo y eso nos mantenía de pie.