jueves, 14 de septiembre de 2006

En el paralelo vale

Se paró en otro lugar. Creó un mundo paralelo plagado de objetos y personajes de este mundo combinados con las no limitaciones que la imaginación permite. Supuso muchos "¿Qué hubiera pasado si...?" y entre todos ellos me encontraba yo. Pensó, relacionó y se ilusionó en ambos planetas, por supuesto, con fines distintos. Es claro que lo importante aquí es que lugar ocupo yo en ambos. En el primero soy un ente inalcanzable por culpa de realidades limitantes, en el segundo, el amor verdadero disfrazado de carne. ¿Qué hubiera pasado si (en el paralelo vale) ella no estuviera comprometida? Seguramente seguiría comprometida pero conmigo y por ende él no estaría comprometido con ella.

Ella sonreía mientras hablaba con los otros comensales, yo, a su lado, inconsciente de la futura invitación. De un momento a otro todo se transformó, ella me dio la mano y sin preguntar me incluyó en su paralelo. Por un momento la realidad desapareció como si nunca hubiera existido. Eramos sólo ella y yo en el medio del caos reinante. A pesar de ello me explicó lentamente su planeta, me mostró las cosas que siempre vimos, llegando a la conclusión de que yo ya habitaba en ese mundo desde tiempo antes. Escuché atento maravillándome a cada paso y entendiendo hasta donde mi capacidad me lo permitía. En esa cápsula ella me amaba y me había incluido por no poder hacerlo en el mundo real. Yo me limité a no atentar contra los límites, a no destruir ningún planeta ya que de hecho podía acabar con ambos de un solo golpe. No podía responder así frente al gran sueño que me había sido regalado.

Ella hoy elige el mundo real, y está bien que así sea, pero sin dudas los dos pensamos "¿Qué hubiera sido si....".

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